Björk @ Poble Espanyol, 24/07/2015

Para ser la primera vez que veía a Björk en un escenario, tengo que decir que, lejos de impresionarme y imponerme mucho, que es lo que esperaba (nunca he visto a un artista tan importante en directo), más bien me enterneció y me pareció superdivertida, parecía una niña pequeña a la que se le daba la oportunidad de subir a un escenario de fiestas de barrio y tenía su minuto de gloria berreando y saltando. Aunque en este caso fue una hora y media de gloria. Más una hora y media esperando a que saliera, después de la decepción de no poder finalmente ver a The Haxan Cloak, que me hacía mucha ilusión.

11220758_10153452739621460_6375496824829120330_o

Una hora y media de setlist en la que no me voy a enrollar con que si faltaron hits o se nos fue por las ramas porque a quién le importa eso ya, si los fans muy fans ya han ido a setenta conciertos suyos y se han tragado hasta las b-sides y los no fans ni siquiera se habrían escuchado Vulnicura, probablemente. Así que la verdad es que me dio bastante igual que no tocase las míticas de Homogenic, o Hyperballad, o Hidden Place, como hace en los festivales, y me decanté por encontrarle el lado curioso y diferente al concierto, plagado de nuevas versiones como la que hizo Arca de Come to Me, una versión dark y chill, más electrónica y acorde a esta era. Aunque fue mucho mejor su versión de All Neon Like, con beats deconstruidos y más potentes, como más extensos.

De todas formas, la primera parte se centró obviamente en el núcleo de Vulnicura, donde empezó bastante ligera con Stonemilker, dando saltitos y moviéndose gentilmente con su vestido de geisha/samurái, y (casi) en orden, fue desgranándolas todas hasta acabar con fuegos artificiales en Notget. Una maravilla, ya que a medida que iba avanzando la tracklist, la china se ponía más dramática y se metía en el papel de la herida, aunque para nada Black Lake me pareció el momento más emotivo: la verdad es que en directo perdía ese punto de tensión, y era más un envolvente de 10 minutos donde, tristemente, hipnotizaba más el visual de la partitura animada que la propia Björk. Aún así, hizo una interpretación perfecta.

Me gustaron más otros momentos como Family, donde por cierto pudimos ver la parte inédita de la «moving album cover«, o el momento en que Björk se acercó a Arca y tocaron History of Touches juntos. Claro que hubo momentos aburridos como Harm of Will (¿a quién se le ocurre…?) o I See Who You Are (aunque muy bien resuelta con los steel drums). Pero fueron pocos, y siempre había algo a lo que atender. Quicksand aunque fue poner el cd y darle al play, fue mágica, entré en trance (¿qué se supone que hacía Arca en ese momento, si todo lo hizo Spaces?), y en Mouth Mantra se añadió el fuego a la pirotecnia. Wanderlust fue otro momento de adrenalina, sin embargo que acabase con Mutual Core quedó un poco frío; la energía de los estribillos no compensaba la estaticidad de la performance. Finalmente, acompañada de Manu Delago, nos ofreció el bis de One Day con la misma versión steel drums de la gira Biophilia, pero fue hermoso ver a los dos tocándola en directo, y ver a Björk silbar, saltar, conectar con el público y tomarse una copa de cava mientras decía ‘¡gracias!’ como una gitana poseída. Esta mujer nos seguirá emocionando con 80 años. Con una condición: no hacerle fotos.

11731637_10153452751411460_831668839804054500_o 11700727_10153452753071460_8385796054635358506_o

Fotos: Francesc Fàbregas

Deja un comentario